Actualmente el precio internacional del barril de petróleo está regresando al precio de los 80 dólares (hoy primero de octubre, el barril de crudo Brent está llegando a los 85 dólares) pudiendo llegar a cien dólares el año entrante tal como se ha tenido la expectativa internacional. El petróleo mexicano de exportación está rozando los ochenta dólares y el de referencia (West Texas Intermediate -WTI) sigue a la alza.
Este aumento se da en medio de los temores de una escasez de suministro, así como las tensiones entre EU e Irán (tercer productor de OPEP), asimismo está bajando la producción a nivel global. Esto ha sido absorbido por el tipo de cambio donde el dólar ha ido a la baja y el peso se ha ido ubicando ya por debajo de los 19 dólares.
Asimismo, los acuerdos logrados del nuevo tratado de libre comercio entre México, EU y Canadá (el USMCA) ha sido bien recibido por los mercados por la expectativa de demanda del crudo, por lo que a menor oferta y mayor demanda, es igual a un incremento de precios; cotizando en máximos de casi 4 años.
Con lo anterior, el gobierno Mexicano debe analizar en el próximo paquete económico el aspecto energético con vistas a una seguridad nacional; siendo la gasolina el factor importante en la economía mexicana dada la dependencia actual de la importación que hacemos de las refinerías extranjeras: más de un 75% y falta aún más. En este último trimestre del año se importará crudo ligero para cubrir con las necesidades en los hidrocarburos por la continua baja en la producción nacional (el menor nivel en 35 años).
Lo anterior quiere decir que el precio de la gasolina difícilmente bajará dado su alza en los precios internacionales; y en relación con el gas va colateralmente por lo que el estudio del fracking para aumentar su producción entra a discusión nuevamente. La inflación marcará su continua alza por el factor energético. ¿La luz? Su principal insumo es el gas, por lo que el ajuste a las tarifas tendrá que hacerse juntando otros elementos del costo de producción (así como de las redes de uso) por lo que de ser real que se han inflado los costos por generación de energía por parte de CFE, alguien tendrá que absorberlo (se habla de 51 mil millones de pesos).
Las refinerías se necesitan modernizar ¿Dónde está el mantenimiento que se les hizo? ¿Son necesarias? ¿Llevan tiempo? Claro que sí, además que se activará parte del sector industrial ¿hay que invertirle? Si, aunque no son los tiempos cuando se debieron haber hecho: se aposto por otra estrategia en esta parte de la liberación de precios de la gasolina.
La seguridad energética mexicana debe plantearse de que tanto debemos depender de terceros para la luz, gas y gasolina consumidos por la población. ¿Son solo números o son familias? Con la tendencia a la alza de los petroprecios se podría realizar este proyecto de inversión e ir saneando gradualmente a las finanzas no sólo públicas, sino las personales.
Esta seguridad energética se maneja dado que estamos importando más que lo que exportamos, por lo que este faltante llamado “déficit” genera costos adicionales considerando el volumen y costo. Por lo anterior, el precio de la gasolina seguirá subiendo. ¿Abrir refinerías al sector privado? Podría ser una salida aunque no inmediata. Aunque el compromiso sería continuar a pesar del cambio de sexenio como una política a largo plazo. Por mientras, cada viernes se publica en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el estímulo fiscal a las gasolinas por concepto del famoso Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios (IESPS) el cual no lo ha visto en sus bolsillos la población dado que se ha tenido aumentos solo en este año de más del 20%, un efecto (considerando los energéticos) mayor al gasolinazo de enero del 2017.