Una iniciativa que grava las herencias que exceden un millón quinientas mil unidades de inversión (UDI), es decir, más de 10.1 millones de pesos, es un doble gravamen, ahuyenta las inversiones y atenta contra el patrimonio de las familias.
El contador Ramón Ortega señaló que aunque el gobierno busca de alguna manera obtener mayores ingresos argumentando «combatir la desigualdad social», implementar una medida de ese tipo «espanta» a los inversionistas.