Para empezar: nadie es dueño de la verdad; y en ciertos casos ni esta se ha dado para poder defenderla. Obviamente que estas etiquetas de chairos o fifís al estar de moda (mexicanismos) se hace muy fácil ocuparlas pero no las dimensionamos pudiendo ocasionar todavía una mayor división en la sociedad. Hoy en día alguien que vanagloria o eleva a las acciones del partido en el poder (o la nueva izquierda de color guinda) sin saber del tema en cuestión se le considera un chairo: un activista con ideología izquierdista que no le importa el porqué. En cambio el Fifí son personas de la alta sociedad (o una parte de la sociedad, no necesariamente de la “alta”) presumidas que deben de tener la razón y que no quieren que los cambios les afecten; que no se juntan con la “chusma”. Aunque también hay “derechairos” en este esquema derivado de los “Fifís” pero con la característica del “chairo” ¿verdad que esta diversidad genera etiquetas? Y este clasismo genera: división.
Lo que se está creando es una sociedad polarizada o contraria: estas o no estás conmigo; de ahí te etiqueto. Tales descalificaciones o asignaciones despectivas a las personas (aunque algunas las presumen o se enorgullecen) generan división en la sociedad no llegando a un conceso; siendo tan necesario en estos tiempos de cambios en nuestro país. ¿De izquierda o de derecha? ¿Central o neutral? ¿Liberales o conservadores? ¿Qué los define? Originando rencillas y llegando a pleitos por una “conversación” sin contar con una opinión con razonamiento. ¿Debates? Con la finalidad de llegar a una “verdad” ¿es posible en estos días al contar con tanta información que nos bombardean? O llegar a hacer “malabares” para dar con una explicación que hoy en día con las redes sociales se magnifica esta confrontación clasista en la sociedad; por lo que se pudiera ir incrementando este antagonismo conforme avanza el nuevo sexenio.
Argumentar, fundamentar o tratar de hacerlo actualmente con la infinita información que no sabemos si es cierta o no, los “fakenews” que nos envían por whatsapp (por ejemplo) es demasiada información que hay que saberla distinguir e ir a las fuentes para poder emitir una “humilde” opinión. Claro que cada persona tiene la suya y hay que respetarla, no atacarla. Creo que algo tan sencillo genera este enfrentamiento de Chairos contra Fifís: “todo aquel que no piensa como uno” lo podíamos resumir de esta manera.
Que sean estas fechas de armonía y paz y que las posturas políticas, económicas y sociales no afecten las amistades y familias; así como evitemos estas etiquetas de que si son chairos o fifís. Esperemos un 2019 sin tantas expectativas negativas y contrarrestarlas con las buenas vibras como comunidad; no individual. Que fluya la energía.
Felices fiestas