México ha caído seis lugares en competitividad. Es el segundo año consecutivo que esto ocurre debido a que estábamos en el lugar 53, e íbamos hace dos años subiendo lugares. Vamos de reversa. Conforme al “Índice Global de Competitividad 2014-2015” efectuado por el Foro Económico Mundial (WEF), paso del lugar 55 (que estábamos actualmente) al lugar 61; situación que refleja que las reformas no han aportado lo necesario a la competitividad en el país, tal vez todavía es demasiado pronto para valorar esta situación.
Los que lo evalúan mencionan que se verá el efecto hasta el 2018. Las principales causas de este retroceso son la calidad de las instituciones (aquí incidiría la corrupción) el mercado laboral (desempleo tan alto y salario bajos) y la educación (escuelas sin la adecuada estructura, casi cayéndose algunas). Así no se puede lograr la competitividad. Obviamente esta situación afecta la visión de México hacia el exterior considerando que el universo de este índice son 144 países, por lo que estamos apenas por encima de la mitad de la tabla en lo que respecta a estas economías.
Obviamente este es un reflejo directo del impacto de las reformas y era lógico: lo nuevo desestabiliza al país y se tarda en acostumbrar a lo nuevo, en este caso las reformas estructurales. Lo anterior afecta las inversiones, tanto nacionales como extranjeras. Más adelante veremos que se anuncian bajas en las inversiones extranjeras en México, dólar a la alza, el precio de barril de petróleo variando, caída en la producción petrolera, afectaciones en el mercado internacional, recortes continuos al crecimiento (PIB), endeudamiento al alza, discusión del presupuesto, etc. tornándose interesante la discusión de las finanzas públicas para el 2015 que incide directamente en la competitividad del país. Pregúntale a un empresario en que se ha afectado su competitividad y les contestará: los cambios por las reformas al generar incertidumbre. ¿A qué se enfrenta el empresario de manera diaria? A la corrupción, al crimen y el aspecto tributario.
El aspecto internacional es una situación primordial a considerar ya que los países emergentes también cayeron en este índice (como Brasil e India) y el crecimiento económico a nivel mundial se pronostica con nubes grises al reducir sus expectativas y México debe considerarlo en su paquete económico del 2015. China es el único de los emergentes que no cayó y logró escalar al lugar 28. Al compararnos con los demás países de América Latina encontramos a: Chile (lugar 33), Costa Rica (lugar 51) y Brasil (lugar 57) arriba de México en competitividad y por debajo de nosotros están Perú (lugar 65), Colombia (lugar 66) y Guatemala (lugar 78). Puerto Rico en el lugar 32 y Panamá en el lugar 48. Suiza lidera el índice, Singapur en segundo y Estados Unidos en tercer lugar.
¿Qué significa esto de la baja en la competitividad? Que el salario se ve afectado, los costos de los productos aumentan, malos servicios, baja productividad, poca inversión; en pocas palabras, un agujero económico que no nos permite crecer. Por lo que en los siguientes días estaremos escuchando sobre la iniciativa (reforma constitucional) de la ley reglamentaria en materia de competitividad, en la que se buscará la competitividad que ha decaído, en parte por las reformas estructurales. Aunque ya está publicada (y en vigor) la “Ley Federal de Competencia Económica” (publicada el 23 de mayo del presente año 2014) esta no ha impactado en la economía nacional ya que solo vino a regular y a combatir a los monopolios en México y sus prácticas.
Mientras tanto, le daremos seguimiento a la iniciativa que se presentará en los siguientes días en aspecto reglamentario; ya que un decreto o ley no genera competitividad por su simple publicación.