Si así es: la carga fiscal de tener a un trabajador es muy caro; y es el principal problema porque los salarios no se pueden aumentar. A más aumento, más carga. Probablemente algunas personas al leerlo lo anterior se molesten, pero solo les daré un ejemplo (de varios) del porqué: no se acredita el Impuesto al Valor Agregado (IVA) que es del 16% por lo que el patrón pierde automáticamente volviéndose un costo fiscal. ¿Se acuerdan del IETU? Solo se podría acreditarlo (no como deducción) ¿Qué ya desapareció el IETU? No se preocupen: su espíritu sigue al no poder deducir al 100% la nómina dado que los exentos son no deducibles en un 47 o 53% (según el caso del ISR) elevándole más la carga fiscal al patrón.
Si a lo anterior le sumamos el IMSS, INFONAVIT, 3% a la nómina (más obligaciones laborales) la carga fiscal es mayor del 30% pudiendo alcanzar un 40% su carga fiscal. Existen organismos que están sugiriendo eliminar el impuesto a la nómina, que por cierto, cobran los Estados ¿de dónde saldrán esos recursos estatales propios, si en la actualidad están endeudados? No pueden darse el lujo de eliminar el principal ingreso propio que generan (y recaudan) los Estados, para tener una idea (de manera local): El Estado de Veracruz su presupuesto (2018) es de más de 113 mil millones de pesos; de los cuales sus ingresos propios son de casi 10 mil millones de pesos y de esos casi 3 mil 500 millones de pesos son del impuesto del 3% a la nómina (ISERTP); casi la tercera parte de los ingresos propios (de gestión) que cuenta el Estado de Veracruz y el cual tiene un incremento considerable en relación con el ejercicio 2017.
Si se incrementa el salario mínimo (tal como se está proponiendo por estas fechas a $98.15) tendría que venir acompañado de un ajuste fiscal, dado que a los de menor salario se les adecua vía un subsidio al empleo (SAE) el cual el patrón lo puede acreditar contra el Impuesto Sobre la Renta (ISR), de no ser así, estamos en las mismas. Por cierto, este año se actualizo la tabla del ISR pero no la SAE; es la oportunidad de hacerlo.
La edición de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) de Taxing Wages 2018 [Impuestos sobre los salarios 2018] http://webexchanges.oecdcode.org/vpfhmzgA/2318171e.pdf muestra que la “tasa impositiva personal neta promedio —impuesto sobre la renta y aportaciones a la seguridad social pagadas por los empleados, menos toda prestación familiar recibida, como porcentaje de los salarios brutos— fue de 25.5% en la OCDE. Esta tasa promedio en toda la OCDE, calculada para una persona soltera sin hijos que gana un salario promedio se mantuvo estable en los últimos años, pero abarca promedios nacionales que van desde menos del 15% en Chile, Corea y México hasta más del 35% en Bélgica, Dinamarca y Alemania.” Según la OCDE, los trabajadores en estos países pagaron poco más de una cuarta parte de su salario bruto en impuestos, en promedio en 2017, y poco más de la mitad de los países vieron aumentos pequeños en la tasa impositiva personal promedio. Es por esto que Chile y México tengan las tasas impositivas promedio personales más bajas en 7.0 y 11.2% de las ganancias promedio brutas respectivamente.
Entonces ¿es necesario replantear el esquema fiscal del trabajador? Al parecer no es suficiente la carga fiscal dado los beneficios fiscales por ejemplo, el estímulo de las colegiaturas que se tienen derecho en la declaración anual. El pago del ISR es del 9.8% del ingreso salarial bruto y de seguridad social el 1.4% sumando un 11.2%. Esto en representación de la carga al trabajador, ojo; a esto le sumamos la patronales y las que aporta el gobierno. Ahora nos tendríamos que preguntar en relación a este estudio ¿Cuánto ganan los trabajadores mexicanos? La respuesta es: 12,730 dólares al año. De ahí parte el estudio para llegar al famoso 11.2% de carga tributaria salarial.
Seguiremos con este tema pero en relación a otra reforma pendiente: el de pensiones.