La cuarta revolución industrial ya está encaminada y vivimos en parte de ella como una gran matrix a través del uso de las tecnologías y redes emigrando (paulatinamente) al uso de robots que están sustituyendo al hombre. Es parte de esta revolución tecnológica en la que vivimos en este mundo acelerado y su médula es el internet; por eso se le conoce como “Revolución 4.0” en relación con lo digital.
¿Qué es la Revolución 4.0? es el uso de “fábricas inteligentes” en base a las nuevas tecnologías; una interconexión de máquinas coordinadas tecnológicamente: una automatización. Lo asociamos con la robótica en la elaboración de productos y servicios, desplazando a la mano del hombre en su desarrollo.
Esto confronta al libro de Adam Smith “La Riqueza de las naciones” donde señala la división del trabajo y el porqué de ésta (trabajo, alimentación, vivienda, salud, pensiones, etc.), imagínense a un hombre que ya no tiene acceso al trabajo ¿de qué vivirá? ¿Cómo se encargará el sistema de ese individuo? ¿Será un socialismo sostenido por el impacto tecnológico? ¿Hasta dónde se desea llegar con la tecnología? ¿Cuáles son sus límites? ¿Dónde queda el ser humano durante esta transición? ¿Qué pasaría si se cayera toda la información del internet? ¿El abandono de los libros? Etc.
Son más preguntas que respuestas…
¿México está preparado? Me comentan (los que conocen del tema) que apenas estamos situándonos en la tercera revolución industrial, o sea, estamos todavía desarrollándonos en lo que fue el siglo pasado. La automatización del trabajo es dejar a un lado la participación del hombre, una cadena de suministros libre de “errores humanos”. ¿Y la generación del trabajo? ¿Pagarían impuestos los robots, o por tenerlos? ¿Se darían “estímulos fiscales” para contratar humanos? Es tanta la preocupación mundial, que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) creó una Comisión al respecto: la Comisión Mundial sobre el Futuro del Trabajo, “su función será realizar un examen a fondo del futuro del trabajo, que sirva de base analítica para cumplir con el mandato en materia de justicia social en el siglo XXI” (http://www.ilo.org/global/topics/future-of-work/WCMS_569909/lang–es/index.htm)
Ya tenemos casos de robots que le han dado hasta nacionalidad (Sophia, en Arabia Saudita), el desarrollo de la inteligencia artificial, software, el uso de nanotecnologías ¿adonde llegará la mano del hombre para que ésta deje de serlo? La gran pregunta es ¿Dónde quedaría el ser humano? Esto es principalmente a su trabajo ¿de qué vivirá? Actualmente ya hay fábricas que han despedido a trabajadores por el uso de las tecnologías; pero también se ha generado un ahorro en costos de manufactura y colocando a la mano de obra: un equilibrio ¿este es el futuro? ¿Cómo armonizarlo? Sin duda un proceso evolutivo más complicada para la raza humana con la interacción tecnológica. El enlace actualmente se está realizando al adaptar la industria al internet.
Claro que al día de hoy se nos facilita varias cosas, encontrar información por internet, el uso de redes sociales, pedir un taxi, ver una serie, realizar pagos, etc. ¿Qué tan necesitados estamos al día de hoy de la tecnología? Por ejemplo: si se nos olvida un dato (una película, una canción, algún otra información) rápido corremos a “San Google” por lo que la pregunta sería ¿el uso de las tecnologías genera pereza intelectual? Para una tarea de la escuela: antes teníamos que ir a las bibliotecas públicas, conseguir las biografías, hacer un trabajo (a mano por supuesto) y de ahí nos preguntaba el maestro; ¿ahora? Descarga del internet (ni se verifica la fuente) copias y pegas ¿Qué aprendió el estudiante? El uso de las tecnologías y su impacto en la sociedad (a mi manera de ver) no lo hemos “valorado” y se nos ha hecho algo tan común… ¿una plática en una reunión familiar? Todos en el teléfono…hasta la abuelita en su “Face”.
No hay que satanizar el uso de las tecnologías pero si debemos educarnos en su manejo y evaluar en las políticas públicas su implementación y desarrollo, obviamente viendo el desarrollo industrial buscando no desplazar la mano de obra; un trabajo difícil de planear y ejecutar. ¿El futuro nos está alcanzando?
Así pues, estamos entrando a esta revolución 4.0 sin darnos cuenta ¿estamos preparados?
México no debe quedarse atrás…